MADRE

Comenzar la andadura
en noches de insomnio,
proseguir el camino
con ojos atentos
sin poder conciliar
la tranquilidad ni el sueño,
entre sombras eternas
de dudas y miedos.

Y superar las tinieblas
al ver sus miradas,
el sol más brillante
de cualquier mañana,
la fuerza que empuja
este viaje incierto
donde no hay imposibles
que contemple su celo.

Idoia Mielgo Merino_firma

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