Otra jornada que acaba,
colores que se esconden
en las sombras,
la noche deslizando
su fragancia embriagadora
que mitiga y estimula
el sueño que huye
de feria en feria,
buscando excusas
para no rendirse a Morfeo.
Y yo, gato en la ventana
acechando acasos,
husmeando sobras:
alguna risa sin liquidar,
quizás un beso sin destino,
caricias robadas en un soplo
o tal vez,
miradas que nadie quiso.
Y de retales trasnochados
visto mi alma de blus.
