Otra jornada que acaba, colores que se esconden en las sombras, la noche deslizando su fragancia embriagadora que mitiga y estimula el sueño que huye de feria en feria, buscando excusas para no rendirse a Morfeo.
Y yo, gato en la ventana acechando acasos, husmeando sobras: alguna risa sin liquidar, quizás un beso sin destino, caricias robadas en un soplo o tal vez, miradas que nadie quiso.