He encerrado mi oleaje en un estuche
y le oigo bramar atormentado,
se golpea con las rocas del fracaso
que revisten mi interior de acantilado.
Es tan frío y tan gris este paisaje
que a mis ojos remonta como lluvia,
galopa la distancia en un suspiro
entre un pasado y un presente que se enturbia.
—Tras la niebla—
