Me he arrojado al universo
con los ojos cerrados,
sobrevolándolo sin alas.
He retado a las Furias,
jugado con las Moiras
sin miedo a mi destino.
Sé lo que es perder
y carezco de ambición
por ganar esta partida.
Tengo mis trozos desordenados
en artístico mosaico
reflejando lo que soy.
Vivo al día y nada debo,
amo sin prudencia ni avenencia
sin importar si lo derrocho.
No estoy pendiente de tus pasos,
no me cuestiones los míos,
mírate el corazón.
—Tras la niebla—
