Hoy has querido aullar, deshacer, desafiar, enseñar las garras y marcar tu espacio, demostrarte —quizá— que puedes ser feroz, independiente y temeraria.
Se extinguió tu voz al nacer ¡tanto llanto! que selló tus labios.
Contemplas las manos huecas, anulado su vigor en un continuo desgobierno.
Reducen tu espacio, tiran de ti, cargan sobre tu espalda el peso ajeno domesticando tu espíritu para que formes parte de un enjambre amansado.