INCLEMENTE

Se me ha instalado la edad
sin querer, no la he llamado,
está dejando su estampa
en las manos, los ensueños,
en el mirar nebuloso,
en el caminar rendido,
en el volverme al pasado,
en esta, la piel que envuelve
un interior cuarteado
de costumbre y de rutina,
de cicatrices y rastros
que componen un trazado
que apenas ya reconozco
cuando me miro despacio.

No me cuesta comprender
por qué recelan tus ojos
si ahora soy el retrato
que el tiempo va maquillando.

Idoia Mielgo Merino_firma

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