Somos lugares ocultos
donde se cambian angustias
por besos.
Tenemos un mundo los dos,
tenemos el cuerpo del otro,
el relente fresco de las caricias
y al amanecer prisionero
en nuestra cama.
Contigo,… sólo yo,
no pienso,
no espero,
no saco consecuencia.
Ernesto Noriega —Lo esencial—