Si te pierdo, quién me hablará de mariposas de colores en mi mundo en blanco y negro, de sueños por atrapar en una tela de araña con extraño plumaje, quién coserá mis pasos cuando la impotencia los afloje y espantará las sombras al calor de una sonrisa, quién me inundará de flores de papel para llenarlas de esbozos, de secretos, de ilusiones, y plantar así un jardín en el estéril rincón del desaliento.
Dime, si te pierdo, quien juntará el corazón mutilado con pegamento invisible que vuelva transparente el dolor.
No puedo perderte, no quiero perderte, es un deseo que me consume, aunque los deseos no siempre podemos abrazarlos.